04 Dic Cistitis en gatos: síntomas, diagnóstico y tratamiento
Quizá tengas un gato al que se le ha diagnosticado o crees que tenga una cistitis. Va al arenero con mucha frecuencia; aprieta y apenas orina unas gotas; o quizá hayas visto gotas de sangre dentro o fuera del arenero.
En este post te vamos a hablar de una de las patologías más frecuentes y recurrentes en gatos que pueden resultar frustrantes y tener consecuencias graves: la cistitis intersticial felina.
A lo largo del tiempo, esta enfermedad ha recibido diferentes nombres: síndrome urológico felino, enfermedad de vías urinarias bajas, cistitis idiopática… Esto refleja la complejidad de esta patología y la importancia de conocer sus síntomas y tratamiento.
Qué es la cistitis intersticial felina
La cistitis en gatos es la inflamación de la vejiga urinaria. En el caso de la cistitis intersticial, esta inflamación no es causada por bacterias, sino que suele estar relacionada con el estrés crónico y la sensibilidad del sistema nervioso del gato.
Esta patología provoca un círculo vicioso: la inflamación produce dolor, el dolor genera estrés, y el estrés agrava la inflamación, haciendo que la enfermedad sea recurrente y difícil de tratar solo con medicamentos.

Síntomas de la cistitis en gatos
Como en otras enfermedades de las vías urinarias, los síntomas incluyen:
- Un aumento en el número de veces que orinan.
- Eliminación de muy poca cantidad de orina, casi siempre con sangre y con esfuerzo.
- En muchas ocasiones, empiezan a orinar fuera del arenero, lo que puede confundirse con marcaje.
- Otras veces, el esfuerzo es evidente y no consiguen eliminar nada, lo que hace que se confunda con estreñimiento.
Es muy importante, sobre todo en gatos macho, comprobar si la vejiga está llena o vacía. En el caso de la cistitis, hay ganas de orinar de forma constante, por lo que no da tiempo a llenarse la vejiga.
Sin embargo, la obstrucción de la uretra por cálculos o coágulos de sangre da síntomas similares, pero en este caso la vejiga se va llenando al no poder evacuar la orina, lo que supone un riesgo muy alto de lesiones graves en los riñones. Por eso, ante estos signos, es fundamental consultar con rapidez a un veterinario.

Diferencias con otras cistitis
Aproximadamente un 4% de gatos presentan síntomas urinarios. De ellos, un 60% padecen cistitis intersticial felina.
En estos animales, la inflamación de la vejiga es secundaria a un estado de estrés crónico. Algunos gatos tienen una alteración en el sistema nervioso que los hace más sensibles; ante situaciones percibidas como amenazas, su sistema nervioso reacciona de forma exagerada, originando inflamación y dolor en la vejiga, que a su vez genera más estrés y agrava la enfermedad.
Cómo se diagnostica la cistitis intersticial
El diagnóstico de la cistitis en gatos se realiza principalmente por descarte.
- Requiere una exploración física minuciosa y la recogida de información detallada sobre la forma de vida del gato.
- Factores como la genética, la edad, experiencias tempranas, vida en interiores, tipo de alimentación, obesidad, nivel de ejercicio físico y tipo de arena del arenero influyen en la aparición de la enfermedad.
- Las analíticas de sangre, cultivos de orina, radiografías y ecografías suelen ser normales.
En algunos casos, mediante endoscopia o biopsia se pueden detectar lesiones inflamatorias de la vejiga que ayudan a confirmar la enfermedad. Sin embargo, estas pruebas son costosas y no se realizan de forma rutinaria, aunque son útiles para estudios más avanzados.
Tratamiento de la cistitis en gatos
Al ser una enfermedad dolorosa, el tratamiento a corto plazo se centra en analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor y romper el ciclo estrés-inflamación.
Sin embargo, como el origen de la enfermedad está en el cerebro y no en la vejiga, tratar únicamente la inflamación no evita recaídas. Por ello, es esencial revisar todos los aspectos del entorno del gato:
- Distribución del espacio en el hogar: zonas de descanso, juego, comederos, bebederos, areneros, perchas y rascadores.
- Areneros: forma, tamaño, número, disposición, tipo de arena y frecuencia de limpieza.
- Relaciones con otros gatos: asegurar un espacio seguro, estable y predecible.
- Relación con el tutor: fomentar interacción positiva, juego diario y evitar castigos.
Un enfoque integral que combine tratamiento médico y manejo ambiental es la forma más eficaz de controlar la cistitis intersticial felina y mejorar la calidad de vida del gato.
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