
25 Abr Dermatitis atópica en perros: qué es y cómo se trata
Al igual que en personas, la primavera es una estación en la que aumentan los brotes de alergias, debido a la mayor concentración de pólenes en el ambiente.
Hoy queremos explicaros qué es la dermatitis atópica, piel atópica o alergia cutánea, como vulgarmente se conoce.
¿Qué es la dermatitis atópica en perros?
Se trata de una enfermedad de la piel que tiene un carácter hereditario. El síntoma principal es el picor, en mayor o menor intensidad, con o sin lesiones en la piel.
Las zonas más afectadas suelen ser la cara, las orejas, las axilas, las ingles y los espacios entre los dedos, sobre todo de las manos.
Es una enfermedad crónica que puede cursar de forma continua o de forma estacional, es decir, con brotes en determinadas épocas del año, más frecuentemente la primavera y el otoño.
Suele aparecer entre los 4 y 6 años de edad y hay razas especialmente predispuestas, como el bulldog francés o el pastor alemán, entre otras.
Se trata de una enfermedad muy compleja en la que se produce una alteración en la estructura de la piel, que favorece la pérdida de agua y la penetración de sustancias del exterior, como pueden ser pólenes o ácaros, así como el crecimiento anormal de bacterias y levaduras en su superficie.
Piel sana

Piel atópica

El diagnóstico de la dermatitis atópica en perros
El diagnóstico es clínico y se realiza por el examen físico, tipo y distribución de las lesiones, y pruebas básicas, como citologías y raspados, para excluir otras enfermedades que cursen con picor, especialmente parásitos.
Las pruebas de alergia no sirven para diagnosticar la enfermedad, sino que, una vez diagnosticada, ayudan a encontrar las causas que provocan los brotes y a fabricar una vacuna específica para cada animal concreto.
¿Cómo se trata?
No podemos olvidar que se trata de una enfermedad crónica, o sea, que el animal padecerá la enfermedad toda su vida.
Además, es una enfermedad dinámica, lo cual quiere decir que va cambiando y progresando, mientras se cronifica.
Por lo tanto, no podemos limitarnos a tratar el brote alérgico, sino que es fundamental prevenir las recaídas. Olvidar esta parte de prevención es lo que ocasiona el fracaso y la frustración en el tratamiento de la dermatitis atópica.
El tratamiento deberá ir enfocado a:
- Controlar el picor
Es necesario, tanto por el bienestar del animal y de la familia, como para evitar las lesiones que son consecuencia del rascado.
En función de su intensidad y de si es localizado o generalizado, puede ser necesario administrar medicamentos, como corticoides, ciclosporina, oclacitinib, anticuerpos monoclonales, …
Es muy importante apoyarse en el tratamiento tópico, como sprays, baños o cremas, para reducir la dosis de medicamentos y para mejorar su eficacia.
- Restaurar la barrera cutánea
Es fundamental para tener éxito en el tratamiento, puesto que la alteración en la estructura de la piel es la causa de todos los síntomas.
La alimentación y los suplementos con ácidos grasos juegan un papel importante, así como tratamientos tópicos a base de lociones, baños o collares, por ejemplo, para aumentar la hidratación de la piel, la unión entre sus células y su resistencia a los agentes externos.
- Aumentar la diversidad de microorganismos que habitan la piel
En la piel atópica es típic o que haya un sobrecrecimiento de ciertas bacterias y levaduras (Staphylococcus y Malassezia) en la superficie cutánea, que limitan el crecimiento de otros microorganismos que son beneficiosos.
El uso de antibióticos también puede seleccionar bacterias resistentes que compliquen el cuadro clínico y supongan un riesgo de infección para la familia por lo que, salvo excepciones, está contraindicado.
Una vez más, un correcto y cuidadoso tratamiento tópico, evitará que crezcan en exceso estos microorganismos perjudiciales.
- Modular el sistema inmunitario
Puesto que, en la atopia, el sistema inmunitario reacciona de forma anormal y exagerada frente a determinadas sustancias, regular esa reacción es el único tratamiento que sería curativo. Se trata de la inmunoterapia o vacunas contra la alergia, de la que hablaremos con más detalle en el siguiente post.


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